Un producto mínimo viable no es un producto, es un proceso...

Siempre es la misma historia (también me ha pasado): Primero, un equipo piensa en una idea, luego construyen un producto mínimo viable como una prueba de concepto, gastando mucho tiempo y energía pensando qué funcionalidades incluir o no en su MVP. Finalmente, si es que el MVP funciona bien, planean cómo construir un producto más completo 🚀.

El problema es que muchas startups consideran que un MVP es un producto con la mitad de sus features o una forma de lanzar el producto un poco antes. Pero en realidad un MVP no es un producto que construyes una sola vez y basta, de hecho, ni siquiera tiene que ser un producto.

Esto es parte de lo que enseñamos con Danisa Peric, directora del Fablab de la Universidad de Chile, en un curso de prototipado y validación de soluciones del Magister de Innovación y Emprendimiento de la misma Universidad:

Un MVP es un proceso que se va repitiendo en el que identificas cuál es tu hipótesis más importante, encuentras un experimento que te permita probarla, y vas trabajando sobre los resultados de cada experimento 🧪.

Cuando construyes un producto, asumes muchas cosas: qué es lo que están buscando tus usuarios, cómo debería verse el diseño del producto, entre otras…y no importa qué tanto conozcas del tema, algunas de estas suposiciones van a estar equivocadas, tienes que descubrir cuáles!

Y la única forma de hacerlo es probando con usuarios reales lo más rápido posible, y cuando lo hagas, vas a darte cuenta de que tienes que volver a idear, una y otra vez. Estamos en un mundo de prueba y error, y los que pueden encontrar los errores más rápido, son los que ganan. Cómo?

• Identificando tu hipótesis más riesgosa o importante

• Ideando un experimento para probarla lo más rápido posible

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